Por Mauna Loa
En un recorrido por la ruta del placer, esta vez nos trasladamos a España, específicamente a un encantador pueblo de Cataluña llamado Figueres. Situado a tan solo 16 km de la frontera con Francia, Figueres es de fácil acceso tanto en automóvil, tren o avión, lo que lo convierte en una opción conveniente para los viajeros.
Este pintoresco pueblo tiene la particularidad de ser la cuna de Salvador Dalí, el reconocido pintor catalán. Figueres es el lugar donde se encuentra el magnífico Museo Salvador Dalí, un edificio que destaca por ser el más grande del mundo en el ámbito surrealista.
El Museo Salvador Dalí es una verdadera joya para los amantes del arte y los seguidores del talento inigualable de este artista. En su interior, los visitantes pueden explorar una extensa colección de obras maestras que reflejan la genialidad y el estilo único de Dalí. Desde pinturas icónicas hasta esculturas y otras manifestaciones artísticas, el museo ofrece una experiencia fascinante que sumerge a los visitantes en el mundo surrealista de Dalí.
En las afueras de Figueres, se alza imponente sobre una colina el imponente castillo de Sant Ferran, una fortaleza construida en el siglo XVIII. Sus dimensiones colosales y su perímetro de más de tres kilómetros la convierten en una de las mayores fortificaciones de Europa.
El casco histórico de Figueres está delimitado por los vestigios de su antigua muralla, erigida en la Edad Media para proteger la ciudad. De aquel período medieval se conservan rincones hermosos, como la encantadora plaza del Ayuntamiento, que ha sido remodelada en un elegante estilo neoclásico.
El castillo de Sant Ferran y el casco histórico de Figueres ofrecen a los visitantes una ventana a la historia y la arquitectura de la región. Explorar los amplios muros del castillo y pasear por las pintorescas calles del casco antiguo es sumergirse en el pasado y apreciar la belleza de la época medieval.
La Rambla, el icónico paseo que se erige como la verdadera columna vertebral de la ciudad, es un punto de referencia imprescindible en cualquier visita a la ciudad. Esta animada vía comercial alberga una concentración de los más destacados proyectos arquitectónicos de los siglos XIX y XX.
En particular, llama la atención la gran cantidad de edificios modernos que adornan La Rambla, como la Casa Cusí, la Casa Puig-Soler y la Casa Salleras. Estas construcciones representan el esplendor arquitectónico de la época y son testimonio de la ambición y creatividad de los arquitectos de aquellos tiempos.
Sin embargo, no se puede abandonar La Rambla sin descubrir otras joyas arquitectónicas de estilo neoclásico que allí se encuentran. La Casa Bonaterra, la Casa del Cafè Progrés y la Casa Polideseia son ejemplos magníficos de esta corriente estética. Sus fachadas imponentes y elegantes exhiben detalles ornamentales y elementos neoclásicos que transportan a los visitantes a un período de elegancia y refinamiento.
Figueres es mucho más que un destino turístico convencional. Es un viaje a un universo surrealista, donde las calles, los museos y los monumentos son testigos vivos del legado artístico de Salvador Dalí. Figueres siempre se encuentra con los brazos abiertos para que el turista descubra su encanto y se sumerja en su atmósfera tan particular.