Sumate a esta aventura empática, a través de los sentimientos y las emociones. El objetivo es demostrar que no sólo sentimos lo que nos rodea físicamente, sino también, el estado anímico y las vibraciones de los demás.
Los conceptos vertidos a continuación corresponden al nuevo suceso editorial titulado El arte de la empatía, cuya autora es Meritxel Garcia Roig. El libro, escrito en un lenguaje coloquial, está dirigido a los seres empáticos y personas altamente sensibles que quieran entenderse mejor y tener diferentes opciones para sentirse bien consigo mismos, y su entorno.
La empatía es la capacidad de experimentar los sentimientos y experiencias de otra persona de forma sentida, pero desde un terreno mental. Cuando alguien nos explica lo que le pasa, nosotros, de
forma conceptual, imaginamos la situación y cómo debe sentirse esa persona. Es una capacidad natural del ser humano, un ejercicio de atención hacia el otro y de reconocimiento de quién es esa persona.
A los empáticos los afectan las energías de los demás y su estado emocional, debido a que tienen la capacidad innata de sentir intuitivamente y percibir los sentimientos de los demás. De manera frecuente sienten cómo el cuerpo se mimetiza con el de la otra persona, sin que sepan el porqué, y sin ser conscientes de ello.
El término empático ha sido utilizado de forma mística por algunos autores para otorgar otro peldaño de sensibilidad a situaciones o características que la ciencia aún no puede explicar.
El concepto de empático tiene varias vertientes. En este libro se utiliza para definir a aquellas personas que tienen una gran capacidad de empatía física y energética.
Conceptos que describen emociones
Diferencias entre un empático y una persona altamente sensible
El concepto de Persona Altamente Sensible es una noción científica cuya validez ha sido probada por estudios centrados en las características de este tipo de personas.
El concepto de empático, en cambio, no pertenece al ámbito científico.
Se utiliza la palabra empático para definir a aquellas personas que tienen la capacidad de percibir la energía de otras personas a su alrededor.
La energía sutil de las personas es lo que se denomina prana en la tradición india o chi en la medicina tradicional china.
Se considera que los empáticos no solo perciben los cambios obvios de energía, sino también los sutiles.
Persona altamente sensible
La noción científica de Persona Altamente Sensible (PAS) fue acuñada en la década de 1990 por la doctora en Psicología Elaine Aron y su marido el doctor Arthur Aron para describir a una persona que tiene una alta capacidad sensorial.
Las personas altamente sensibles se denominan así por tener un sistema nervioso más sensible y desarrollado que la mayoría. La consecuencia de un sistema nervioso sensible es una percepción sensorial mucho más amplia, en todos los sentidos (olfato, tacto, gusto, oído y vista). La alta sensibilidad suele ser un rasgo hereditario, abarca a un 20% de la población y afecta a hombres y mujeres por igual.
Cuatro rasgos principales de una persona altamente sensible
• Reflexión profunda acerca de la información sensorial percibida (conversaciones, sensaciones, estados de ánimo de los demás).
• Tendencia a sobre estimularse y/o saturarse.
• Fuerte emocionalidad debido a la gran empatía.
• Elevada sensibilidad a las sutilezas (lenguaje del cuerpo, tono
de voz, energías de otras personas).
Características de las personas altamente sensibles
• Tendencia a ser perfeccionistas.
• Gran capacidad para amar y enamorarse.
• Umbral de dolor bajo, por lo que muchas veces se las confunde con personas hipocondriacas.
• Capacidad para detectar sutilezas en el ambiente.
• Dificultad para decir que no y/o mantener sus límites personales.
Qué es ser empático
La empatía no deja de formar parte de la inteligencia emocional, pues se trata de la capacidad de acercarse afectivamente a la realidad de otra persona. Así, la empatía supone la capacidad de ponerse en el lugar de los demás de manera no solo abstracta, sino entendiendo su porqué, sus sentimientos y la legitimidad de estos, por más que sean contrarios a los nuestros.
Gracias a ello, una persona con empatía podrá entender cómo te sientes a través de la simple comprensión de tu situación.
La empatía escasea en un mundo de individualismo, de competitividad y de querer pisotear al otro para salir vencedor. En una sociedad dominada por estos valores no hay espacio para la empatía, y cuando esta se manifiesta se entiende como una debilidad.
Existe una gran diferencia entre tener empatía y ser empático.
Ser empático es una experiencia física. Es la experiencia de sentir cómo siente otra persona en tu propia piel. Por el contrario, tener empatía es un ejercicio mental consistente en imaginar una situación que le sucede a otra persona.
“Ser empático va más allá de ser una persona que tiene empatía desde un punto de vista conceptual o mental. Ser empático es una experiencia física”
MERITXEL GARCIA ROIG
Las 5 características más destacadas de un empático
• El juez o crítico interno
Los empáticos tenemos un gran sentido de la justicia, un alto estándar moral de lo que es correcto y lo que no lo es. Solemos tener ideales y principios fuertes. Tendencia al perfeccionismo.
• Un sistema de conexión sobreactivado
El sistema de conexión neurobiológico permite tener sentimientos de conexión e intimidad con otras personas. Ya sea con tu pareja, con amigos, en la relación padres-hijos , etc. En los empáticos, el sistema de conexión con otras personas es mucho más intenso y desarrollado.
• La necesidad de complacer
Es hacer lo que los demás desean simplemente por no afectar de forma negativa a la armonía general. Es no querer generar conflicto por encima de todo. Es forzarte a estar de acuerdo con otras personas para no generar problemas. La necesidad de complacer hace que los empáticos vayamos en contra de nuestras propias necesidades.
• Un sistema nervioso sensible
Las personas empáticas tenemos un sistema nervioso más sensible que el de los demás. Esto se traduce en una sensibilidad especial a los cambios de temperatura, a los ruidos, al color, a los olores, etc. Los lugares sucios y ruidosos pueden afectarnos directamente a nivel emocional.
• El procesamiento profundo de la información
Los empáticos poseemos un sistema de procesamiento profundo de la información que recibimos a través de los sentidos.
Toda la información sensitiva se procesa y a veces, aunque no seas consciente de que lo viste o de que lo sabes, en algún momento harás referencia a ello y nadie más se habrá dado cuenta. Incluso puedes ser capaz de recordar frases exactas de la citada conversación que han generado algún cambio emocional en tus amigos.
Cómo saber si eres empático
Sientes el dolor de otros: Puedes experimentar el dolor de otras personas en el terreno físico o emocional. Cuando alguien está triste o deprimido, percibes esa emoción inconscientemente y
percibes su dolor como si fuera tuyo. Sientes la necesidad de ayudar a otras personas, cuidarlas, prestarles atención y atenderlas. Ayudar a otros es parte de quién eres.
Lees la energía de un espacio: Cuando entras en una habitación, sabes cómo está el ambiente. Puede que te sientas saturado en espacios en los que hay mucha gente y/o cuando presencias
emociones o energías negativas (ira, depresión, tristeza)
Respuesta emocional: Tienes una respuesta emocional intensa cuando ves la televisión, películas u obras de teatro. Las escenas de violencia o de injusticia en la ficción las sientes como si fueran reales. Quizá cierres o te tapes los ojos en ciertas escenas que te generan una respuesta emocional fuerte.
Mimetizas las sensaciones físicas: Las sensaciones físicas pueden ir desde resfriados hasta alergias, tos o inflamación, entre otras. ¿Te ha pasado alguna vez que de repente te duele la espalda al estar cerca de alguien que tiene dolor de espalda?
Fatiga: Después de pasar tiempo con personas que drenan tu energía te sientes agotado y sin fuerzas. Puedes notar cómo atraes a tipos de personas que necesitan de ti para sentirse mejor
solo con tu presencia. Inevitablemente, después de estar con ellas sientes que has dado demasiado sin recibir nada de su parte.
Observas a las personas: Observas cómo se sienten y cómo reaccionan, y aprendes no solo a predecir qué reacción tendrán en una situación dada, sino también a saber cómo piensan, cuáles
son sus motivaciones y cómo sienten.
Detectas las mentiras: Sabes perfectamente cuándo alguien dice la verdad y cuándo esconde algo. Sabes detectar de forma natural el lenguaje corporal y, dependiendo de cómo actúa una persona, sabes ver fácilmente si miente. A veces no sabes argumentarlo, pero sientes que algo no cuadra, que no es cierto lo que dicen. Eres consciente de la mentira y de la no autenticidad, y como consecuencia te cuesta confiar en los demás.
Sensibilidad a la luz y al ruido: En espacios con luces blancas brillantes, con ruidos estridentes (por ejemplo, el del tráfico) o dominados por el caos, tu cuerpo entra en un estado de alerta.
Puede que no te sientas tan a gusto en la ciudad y que prefieras los espacios abiertos y cerca de la naturaleza.
Relación con la naturaleza: En los espacios naturales encuentras tu medicina. Te sientes en paz contigo mismo cuando estás en la montaña, la playa o el bosque. Tus sentidos se activan y tu
paz interior se halla más presente en un ambiente natural.
Preservas la armonía: De pequeño puede que hayas aprendido a evitar que los demás se sientan incómodos. Cuando percibes las necesidades de los demás tan claras como si fueran las tuyas,
adquieres la responsabilidad de ayudarles a cubrirlas, muchas veces a costa de olvidarte de tus propias necesidades.
Niegas quién eres para encajar: Aprendes a no decir la verdad o a esconder quién eres si para ello corres el riesgo de hacer sentir incomodidad a otros. Aunque quienes te rodean no hayan expresado
claramente su disconformidad, solo por el hecho de sentir su incomodidad te cierras en ti mismo por el bien común.
Dado que cada persona es un mundo, puede que no te sientas identificado en todos y cada uno de los puntos. No hay un modelo único que defina la experiencia del empático y lo que significa sentir a
nivel emocional, físico y mental. Así pues, utiliza lo que te sirva, descarta aquello con lo que no te sientas identificado y genera tu propia lista de los indicadores empáticos que ves en ti.
La empatía vive en tu cabeza
En virtud de ella, serás capaz de imaginarte el escenario en el que esa persona se encuentra. Verás con toda claridad el porqué de su enfado y su frustración y las razones que han hecho surgir estos sentimientos mediante la creación de una imagen de su situación en tu cabeza.
Como si de una obra de teatro se tratara, podrás ponerte en su lugar imaginándote el escenario, los personajes y la historia que hay detrás.
Una vez conozcas la situación, es posible que experimentes sentimientos afines. Pueden ser sentimientos positivos y/o negativos, pero solo podrás sentirlos una vez te sumerjas en la historia.
Libro
El arte de la empatía. Aprende del poder de tu sensibilidad (Editorial Amat)
Autora
Meritxel García Roig. Emprendedora, Escritora, Coach de Nutrición Integrativa por el Institute of Integrative Nutrition de Nueva York y Health Coach Internacional (CHC). Un cambio de estilo de vida cambió su apariencia y vitalidad. Actualmente ayuda a sus clientes a encontrar su propio camino, hacia un estilo de vida saludable.