¿Por qué el I Ching sigue siendo relevante hoy en día? Una mirada al legado de la antigua sabiduría china para entender cómo puede ayudar en situaciones complejas para encontrar equilibrio y armonía.
Qué es el I Ching
El I Ching, también conocido como “Libro de las mutaciones”, es una de las herramientas de adivinación más antiguas de China. Es una herramienta poderosa y fascinante para el crecimiento espiritual, que ha sido utilizada durante miles de años para ayudar a las personas a tomar decisiones prediciendo el futuro .
El I Ching se basa en la idea de que todo en el universo está en constante cambio y que estos cambios pueden ser predichos y comprendidos a través de la interpretación de los hexagramas.
Un hexagrama es una combinación de seis líneas, cada una de las cuales puede ser continua o dividida. Hay un total de 64 hexagramas diferentes, cada uno con su propio significado.
Se cree que el estudio de los hexagramas y su interpretación puede ayudar a una persona a comprender mejor su lugar en el mundo y su relación con el universo.
Cómo se realiza
El oráculo se compone de 64 hexagramas, cada uno formado por seis líneas que pueden ser sólidas o divididas. Cada hexagrama representa un estado o una situación específica.
Para usar el I Ching, primero se debe hacer una pregunta o plantear un problema que se desea resolver. Luego, hay que lanzar tres monedas seis veces y anotar los resultados. Dependiendo de los resultados, se crea un hexagrama que debe buscarse en el libro del I Ching. Cada hexagrama viene con un conjunto de significados y consejos que ayudan a interpretar la respuesta del consultante. Por el juego de esas mutaciones se llega a 4096 combinaciones posibles.
La interpretación de esos hexagramas está escrita en el libro del I Ching. Dicho análisis corresponde a la notable metafísica taoísta de la vieja época, atribuida a Fo-Hi, que habría compilado el tratado durante una época de encarcelamiento.
Este antiguo oráculo recuperó una fuerte popularidad después de la notable traducción hecha el siglo pasado por el alemán Richard Wilhelm con un prefacio del psiquiatra Carl Jung, que elaboró la teoría de la sincronicidad.
“El I Ching expresa la dirección del cambio que está ocurriendo y aconseja la manera más natural de relacionarse con ese cambio. Al clarificar el presente y apuntar hacia la dirección del cambio, clarifica también el futuro”
Los orígenes
Se cree que los primeros escritos del I Ching datan del siglo IX A.C. y que el texto fue compilado y editado por varias personas a lo largo del tiempo. Los primeros autores del I Ching son desconocidos, pero se cree que fueron sabios y filósofos chinos que estaban interesados en explorar la naturaleza del cambio y la incertidumbre en la vida.
En el siglo III A.C., el filósofo chino Confucio (551-479 A.C.) se convirtió en uno de los principales comentaristas del I Ching y ayudó a popularizar su uso como herramienta de adivinación y sabiduría en China. También se cree que otros filósofos y sabios chinos contribuyeron a la evolución y desarrollo del I Ching a lo largo del tiempo.
El I Ching también fue influenciado por otros sistemas de adivinación chinos, como el sistema de adivinación de los tallos y las ramas. Con el tiempo, el I Ching se convirtió en una obra literaria compleja que incluye aforismos, historias y comentarios filosóficos.
En la actualidad, el I Ching sigue siendo una herramienta valiosa para la adivinación y la reflexión filosófica en todo el mundo. Su origen mítico y su complejidad literaria lo convierten en un tesoro cultural y espiritual para la humanidad.
