Es una realidad. La entrevista laboral genera cierto nerviosismo. A continuación señalamos algunas claves para superar ese momento, y convertirlo en una gran oportunidad.
Por María Soledad Amaya
No es un secreto para nadie que las entrevistas de trabajo causan cierta ansiedad y nerviosismo. Por lo tanto, cuando llega el momento de la primera reunión, inevitablemente se genera una gran expectativa e ilusión.
Cada caso particular es un mundo. Están aquellas personas que se sienten aburridas de su actual puesto, los que se inician en el mundo laboral y a los que les urge tener un salario fijo por necesidad. Todos ellos viven la experiencia con cierto temor, tanto es así, que en algunos casos hasta puede provocar situaciones de estrés.
Objetivo: Conocerse
Aquellos nervios pueden transformarse en el peor enemigo a la hora de la entrevista, ya sea de manera personal o virtual.
Hay que tener presente que el entrevistador no pretende perjudicar de ninguna manera, todo lo contrario. Si se llega a la instancia de una primera entrevista laboral es porque el objetivo es conocer al postulante, ya que le ha interesado el currículum, que es su carta de presentación, por ende, necesita saber más acerca del futuro integrante de la compañía.
Prepararse para las entrevistas
Prepararse para las entrevistas siempre es un excelente consejo para los candidatos, no solo los muestra más seguros a la hora de hablar, sino que también les aporta seguridad y eso es clave, ya que la convicción es algo que se refleja, no solo en lo verbal, sino también en lo gestual y siempre es bien recibido por el entrevistador.
Saber escuchar
Saber escuchar al interlocutor y contestarle lo que pregunta, tomándose el tiempo necesario para responder con criterio, demuestra más sabiduría e interés, que contestar rápido y sin pensar.
Dejar la ansiedad de lado antes de comenzar la entrevista
“Tomate el tiempo para contestar lo que realmente quieren saber de vos”
Es fundamental pensar que es lo que se quiere decir, para no arrepentirse después.
Un punto muy importante a tener en cuenta es nunca mentir en el currículum, ni en las entrevistas de trabajo. Las mentiras conllevan un esfuerzo mental más intenso.
El postulante que no se sincera, no se puede relajar, ya que se ha generado la necesidad, de forma innecesaria de sostener algunos argumentos que pueden resultar inverosímiles. Esto tira por la borda el esfuerzo para no demostrar nerviosismo, pudiendo incluso, trasladarse al tono de voz.
Cuando alguien se encuentra en este tipo de situaciones tiende a titubear en su alocución. Esto también se refleja en el lenguaje corporal.
Las habilidades y competencias deben ser reales
Las consecuencias de decir mentiras producen el rechazo del entrevistador de manera automática, por lo tanto, se desecha al candidato para la postulación actual y las futuras búsquedas laborales.
Tener presente que lo peor que se puede hacer es fingir algo que uno no es, con la intención de quedar seleccionado en un puesto que no encaja con el perfil solicitado.
Los profesionales están altamente capacitados para detectar mentiras. Querer comenzar un nuevo trabajo, ocultando la verdad, nunca es una buena señal.
La importancia de la primera impresión
Lo importante es mostrarse sereno, tal cual es uno, eso no conlleva ningún esfuerzo, por lo tanto ser genuinos y espontáneos es lo que facilita tener la mente despejada y tranquila para poder hablar con mayor claridad y fluidez.
La autenticidad es la clave del éxito.
En el caso de tener una entrevista en persona, o de manera virtual, es esencial ser auténtico, amable y tener una sonrisa en el rostro.
Estas características son las que, sin dudas, le aportarán al entrevistador una gran impresión.
¡Éxitos!
María Soledad Amaya: Profesional en Administración de Recursos de Capital Humano y Relaciones Laborales.
