En Birmania se encuentra uno de los lugares con mayor espiritualidad, fascinación e historia.
Por Mauna Loa
Sus majestuosos templos y pagodas, bañados por la luz del amanecer y el atardecer, conforman un panorama de ensueño. Bagan posee una atmósfera mágica donde el misticismo y el encanto se entrelazan en cada rincón de este lugar fascinante.
Bagan se sitúa en la llanura central de Myanmar, en Birmania. Esta antigua ciudad de reyes fue construida entre los siglos XI y XIII, y en aquel tiempo se erigieron impresionantes 13,000 templos y pagodas.
Los momentos más espectaculares y mágicos ocurren durante el amanecer y el atardecer, cuando el sol se fusiona con tonos naranjas y se mezcla con el polvillo del ambiente, creando un paisaje de ensueño.
Es importante tener en cuenta que el calor en Bagan puede llegar a ser insoportable y el clima extremadamente seco, lo que hace que haya pocos lugares para resguardarse.
Se recomienda visitar los templos de Shwe San Daw Pahya al anochecer, ya que es allí donde se congregan la mayoría de los turistas para contemplar la desaparición del sol.
Al oeste de Nuevo Bagan se encuentra una espectacular pagoda conocida como Loka Nanda, un destino imprescindible que sorprenderá gratamente a cualquier visitante. Justo debajo de esta imponente estructura se encuentra un lago oculto, adornado por un pintoresco puente de madera de colores vivos.
Durante el mes de agosto, la ciudad se envuelve en un ambiente festivo que atrae a numerosas personas, tanto turistas como residentes locales. En este bullicioso escenario, se pueden encontrar numerosos puestos de feriantes que ofrecen auténtica comida típica y una amplia variedad de souvenirs.
A pesar del transcurso del tiempo y las adversidades naturales que ha enfrentado, como terremotos y las inundaciones del río Irrawaddy, Bagan demuestra que su legado perdura y sigue siendo un destino irresistible para aquellos turistas que buscan vivir una experiencia única, inmersos en un lugar que combina misticismo y encanto.