Las relaciones entre las mascotas y sus dueños representan un vínculo muy especial, nacido desde el afecto y las emociones.
La ciencia ha probado que los perros tienen sentimientos. No sólo sentimientos simples y básicos, sino que además muestran emociones complejas. Los mismos son producto de la actividad cerebral. Las investigaciones han demostrado que todos los mamíferos, incluidos los perros, tienen estructuras cerebrales similares; hemisferios, lóbulos y otras partes del cerebro que cumplen las mismas funciones básicas. Las manifestaciones más recurrentes de las mascotas son miedo, alegría, vergüenza, celos, ansiedad, compasión, tristeza, desesperación y dolor.
El olfato de un perro puede llegar a identificar a través de nuestras hormonas cuando vivimos un estado de stress, miedo, ansiedad etc. Además, reconocen y distinguen perfectamente el tono de voz.
Los animales sienten lo que está sucediendo a su alrededor «Toda la estructura del sistema nervioso central que los humanos tienen, también la tienen los animales», explica el veterinario y profesor de la USP (Universidad de São Paulo), Adroaldo José Zanella.
En Hungría un grupo de investigadores tomó imágenes de los cerebros de los perros mediante resonancias magnéticas y se encontraron que reaccionaban ante las voces de la misma manera que lo hacen los humanos, especialmente los sonidos con carga emocional, como las risas y los llantos. Los perros lloran y son capaces de reír por lo que son dos sonidos que evocan unas respuestas específicas en los cerebros de los perros.
La investigación de Ádám Miklósi y Veronika Honok, etólogos de la Universidad de Budapest, señala el apego como conducta a tener en cuenta. El estudio realizado en perros demostró que los que sufren síndrome relacionado con la separación manifiestan comportamientos de estrés. Durante el periodo que pasan solos mantienen un nivel de actividad elevado, mientras que decrece en los que no la padecen.
Los perros y los gatos pueden caer en depresión ante situaciones como la separación o muerte de su dueño, inclusive hasta el punto de poder llegar a tener actitudes suicidas, como rascarse hasta sangrar.
Mientras más arriba en la escala zoológica se encuentre un animal, más conciencia tendrá de sí mismo y de su entorno. Estudios del biólogo, zoólogo y primatólogo holandés Frans de Waal, presentan resultados interesantes sobre la compasión, el altruismo y la empatía. Los mismos se encuentran presente en perros y gatos, también en otros animales que se sacrifican por el bien de otros de su especie. Tanto los perros como los gatos se acercan a lamer y tocar a los humanos cuando perciben que estos se encuentran angustiados o llorando.
La relación entre el dueño y la mascota también tiene otras connotaciones, ya que no solo representan una gran compañía sino que tienen fines terapéuticos.
Mas allá de las conclusiones científicas que son indiscutibles, lo cierto es que el vinculo que existe entre una mascota y su dueño es tan particular que excede cualquier interpretación que se haga al respecto, porque cuando se habla desde el afecto lo demás sobra.
